Samuel Beckett


Samuel Beckett nació el 13 de abril de 1906, en Foxrock, cerca de Dublín (Irlanda) en el seno de una familia protestante de clase media acomodada.cuando cumplió los catorce años, ingresó en el Portora Royal School, en Enniskillen, condado de Fermanagh, prestigioso centro de enseñanza que tenía entre sus antiguos alumnos a Oscar Wilde. Tres años después empezó la carrera universitaria en el Trinity College el Colegio Mayor protestante de Dublín, a la edad de diecisiete años, y allí estudió inglés, francés e italiano, donde obtuvo la licenciatura en lenguas ("Bachelor of Arts") en 1927 y el doctorado en 1931.

Durante sus años en Trinity College, Beckett asistía a menudo al Abbey Theatre de Dublín, y allí vio varias de las obras de Sean O'Casey, autor que admiraba mucho. Fue en este período también cuando empezó a interesarse por Dante y leyó la Divina Commedia, obra que dejó en él una influencia imborrable. En 1926 hizo su primer viaje a Francia, visitando Tours y recorriendo en bicicleta los castillos del Loire. Entretanto pasó dos años como profesor en París. Fue entonces cuando conoció al novelista y poeta irlandés James Joyce con quien trabó una sincera amistad que duró hasta la muerte de autor de Joyce y que ejercería gran influencia en su obra.

Su primer obra publicada fue un ensayo sobre Work in Progress, la novela que entonces estaba escribiendo Joyce y que después se llamó Finnegans Wake. El estudio fue incluido con otros ensayos sobre el mismo tema en Our Exagmination,( París 1929). En 1930 compuso Whoroscope: un largo poema en lengua inglesa, basado en la vida de Descartes. En este mismo año comienza a luchar contra los síntomas de una depresión profunda, así como contra la frustración que siente con la profesión de la enseñanza. Así, después de obtener el título de Master of Arts, Beckett llegó a la conclusión de que el hábito y la rutina eran el cáncer del tiempo, así que dejó su empleo en el Trinity College y comenzó un viaje por diversos países de Europa. En 1931 escribió un extenso ensayo literario sobre Proust, la más importante de sus obras críticas. Renunció a la enseñanza en 1932, para dedicarse enteramente a la escritura. Entre 1932 y 1937 escribió y viajó sin descanso y desempeñó diversos trabajos para incrementar los ingresos de la pensión anual que le ofrecía su padre, cuya muerte en 1933 le supuso un duro golpe. En el curso de sus viajes, sin duda estaría en contacto con vagabundos y trotamundos, y estas experiencias se convertirían más tarde en alguno de sus personajes con más fuerza.

En 1934 aparece en Londres su primer libro, More Pricks Than Kicks, continuada por Murphy (1938) su segunda novela en lengua inglesa. En 1938 al volver a casa tarde Beckett fue apuñalado en plena calle por un desconocido que pedía limosna El escritor sufrió una perforación pulmonar. El incidente tuvo, sin duda, bastante influencia sobre él. En hospital, Beckett recibió los cuidados de Joyce y la atención de una conocida francesa, Suzanne Deschevaux-Dusmesnil, estudiante de piano, a la que pronto sintió como su compañera de vida y como esposa, aunque se casarían recién en 1961.
Desde 1937 se estableció definitivamente en París, pero cuando estalló la Segunda Guerra Mundial y Francia fue ocupada por el ejército nazi, Samuel, tras adherirse a la Resistencia Francesa, tuvo que huir de la Gestapo en 1942. En el sur de Francia, libre de la ocupación alemana, Beckett escribió la novela Watt (que no se publicó hasta 1953)

Al final de la guerra regresó a París, donde comenzó su período más prolífico y fino como autor. Produjo cuatro grandes obras: su trilogía Molloy (1951), Malone muere (1951) y El innombrable (1953), novelas que el propio autor consideraba su mayor logro, y la obra de teatro Esperando a Godot (1952), el segundo escrito teatral tras Eleutheria (1947), su obra maestra en opinión de la mayoría de los críticos.
Gran parte de su producción posterior a 1945 fue escrita en francés. Otras obras importantes, publicadas en inglés, son Final de partida (1958), La última cinta (1959), Días felices (1961), Acto sin palabras (1964), No yo (1973), That Time (1976) y Footfall (1976); los relatos Murphy (1938) y Cómo es (1964); y dos colecciones de Poemas (1930 y 1935)

En 1969 le fue otorgado el Premio Nobel de Literatura pero Beckett no acudió a recibirlo pues este premio no le hizo feliz, sino al contrario: le horrorizó la atención pública creciente que acompañó el premio. Sólo le causó vergüenza y por eso se recluyó en un pueblo secreto en Túnez para evitar la publicidad.
Los años 70 fueron los años menos prolíficos a pesar de que manejó nuevos proyectos, incluyendo obras en televisión para la BBC (porque Beckett además de escribir obras de difusión teatral, también compone para televisión, radio o cine) Continuó interesándose en producciones de sus trabajos de teatro.
Una de sus últimas obras es Compañía (1980), donde resume su actitud de explorar lo inexplorable.
Murió en París, el 22 de diciembre de 1989 (unos meses después que su esposa) a causa de una insuficiencia respiratoria. Su cuerpo yace en el cementerio de Montparnasse.

Teatro del absurdo...
Su ruptura con las técnicas tradicionales dramáticas y la nueva estética que proponía lo ubicaban, junto al rumano Eugène Ionesco, como puntal del teatro del anti-teatro o teatro del absurdo. Se trata de un teatro estático, sin acción ni trucos escénicos, con decorados desnudos, de carácter simbólico, una drástica reducción del argumento y los personajes a su mínima expresión volviéndolos esquemáticos y diálogos apenas esbozados. Es la apoteosis de la soledad y la angustia e insignificancia de la condición humana, sin el menor atisbo de esperanza. Que originó esa prosa austera, ilógica y disciplinada, sazonada de un humor corrosivo, grotesco y alegrada con el uso de la jerga y la chanza.

De esta angustia y pesimismo vital es reflejo su obra máxima, que ya hemos citado, Esperando a Godot. La pieza se desarrolla en una carretera rural, sin más presencia que la de un árbol y dos vagabundos, Vladimir y Estragón, que esperan, un día tras otro, a un tal Godot, con quien al parecer han concertado una cita, sin que se sepa el motivo. Durante la espera dialogan interminablemente acerca de múltiples cuestiones, y divagan de una a otra, con deficientes niveles de comunicación. También en Días felices lo impactante es su original puesta en escena: la cincuentona Winnie se halla enterrada prácticamente hasta el busto en una especie de promontorio. Habla y habla sin tregua, mientras su marido Willie, siempre cerca pero siempre ausente, se limita a emitir de vez en cuando, como réplica o asentimiento, un gruñido. Winnie repite a diario los mismos actos, recuenta las pertenencias de su bolso, siempre idénticas, y, sobre todo, recuerda las mismas cosas triviales e intrascendentes, pero que constituyen sus días felices. Así, el teatro de Beckett adquiere tonos existencialistas.

Su influencia en dramaturgos posteriores, sobre todo en aquellos que siguieron sus pasos en la tradición del absurdo, fue tan notable como el impacto de su prosa.

Investigación: Lorenna Esposito

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