Luigi Pirandello hijo del caos

La vida de Luigi Pirandello es la " involuntaria estadía sobre la tierra" de un " hijo del caos", como a él mismo, bromeando, amaba definirse.



Nace el 28 de junio de 1867 en la villa llamada Caos en las cercanías de Girgenti ( hoy Agrigento) La familia era propietaria de algunas minas de azufre. Importante fueron los años de la infancia y de la juventud: por las primeras experiencias culturales y el aflorar de los intereses por la literatura y la poesía, y también por las experiencias humanas y sociales en aquellos años de confusión política y moral que siguieron a la unidad de Italia. Emprende estudios universitarios en la facultad de letras de Palermo, para después pasar a la de Roma, trasladándose luego a la universidad de Bonn donde en 1891 se gradúa. Mientras que ya ha debutado como poeta con Malgiocondo (1889) y Pasqua di Gea (1891)



En el '92 se establece en Roma intentando insertarse en la vivaz sociedad literaria que en aquel final de siglo ilustraba la capital. Pirandello descubre y define su vocación de narrador; acercándose a la gran experiencia del naturalismo. En 1893 escribe su primer novela La excluida (L'esclusa) y en 1894 publica el primer volumen de cuentos Amores sin amor (Amori senza amore). Aún no abandona la poesía: se publican en 1895 las Elegie renane, en 1901 Zampogna y en 1912 Fuori di chiave, su ultima recopilación poética. En 1894 se casa en Girgenti con Ma. Antonieta Portulano. Se establece definitivamente en Roma, donde nacen los tres hijos.
Colabora con diversos diarios y revistas literarias, sobre las cuales publica una vasta producción narrativa. Escribe Il turno (1902) y trabaja en sus primeros textos teatrales. De 1897 a 1922 enseña estilística italiana en el Instituto Superior de Magisterio de Roma.

En 1903 seguido a la noticia del imprevisto desastre financiero de la familia Pirandello, Antonietta cae en una gravísima crisis que durará para toda la vida bajo la forma de una grave paranoia. Abandonada la tentación del suicidio, Pirandello afronta la desesperada situación asistiendo a su esposa, y para mejorar el magro sueldo universitario, imparte clases particulares e intensifica su colaboración en revistas y diarios.

En 1904 aparece su novela El difunto Matías Pascal (Il fu Mattia Pascal), que recogía muchos elementos biográficos del autor y constituyó un enorme éxito. A la publicación en 1908 del ensayo L'umorismo siguió I vecchi e i giovani. Escribe algunos guiones cinematográficos; mientras en 1915 publicará la novela Si gira... En este mismo año inicia su prodigiosa e intensa actividad teatral, que dará vida a numerosos debates en Italia y el exterior.

Siguieron el drama Pensarci Giacomino!, Liolà (1916), Così è (se vi pare), Il piacere dell' honesta (1917) y en 1918 El juego de las partes (Il gioco delle parti). También en 1918 publica el primer volumen de las Máscaras desnudas (Maschere nude), título bajo el cual reúne múltiples textos teatrales. En 1920 el teatro pirandelliano con Tutto per bene y Come prima, meglio di prima, se afirma plenamente, y a partir del año siguiente recoge gran suceso internacional con una de sus obras máximas Seis personajes en busca de autor (Sei personaggi in cerca d'autore) Pirandello vive y escribe en los más importantes centros teatrales europeos y americanos, cuidando personalmente los preparativos y la dirección de sus obras. En estos años el cine trae varias películas de sus textos teatrales y narrativos.

En 1922 sale el primer volumen de la colección Novelle per un anno. Su producción teatral continúa con Enrique IV (Enrico IV), El hombre con la flor en la boca (L'uomo dal fiore in bocca) en 1923, Cada uno a su manera (Ciascuno a suo modo) en 1924 entre otros.
En 1925 funda la Compañía del Teatro d'Arte de Roma, que bajo su dirección, lleva por tres años (hasta 1928) el teatro pirandelliano en gira por el mundo, y en 1929 es nombrado miembro de la Academia de la Lengua de Italia. A esta época pertenecen los dramas Esta noche se improvisa (Questa sera si recita a soggetto), Lázaro, Como tú me quieres y No se sabe como. En 1926 sale la novela Uno, nessuno e centomila, un resumen de toda la actividad, narrativa y teatral del autor.
En 1934 le fue otorgado el Premio Novel de Literatura. En noviembre de 1936 enferma gravemente de pulmonía y fallece el 10 de diciembre en su casa romana.

Pirandello Narrador
Las obras narrativas son casi en totalidad precedentes cronológicamente a aquellas dramáticas y en ellas ya se manifiestan los fundamentos del arte y la concepción que Pirandello tenía de la vida. Animado siempre por la necesidad de dar carácter de símbolo a las imágenes que la realidad le presenta de manera que en la novela sucede casi siempre que realidad y símbolo conviven muy bien, o mejor, que la realidad ofrece al escritor el estímulo, el punto para representar una verdad abstracta. En Pirandello existe en el fondo una participación en la vida de sus personajes: Él es uno de ellos, afligido por la vida y convencido de haber llegado a descubrir el significado de la misma, sin mitos y sin ilusiones. Es por este descubrimiento que se burla del mundo del cual proviene y del cual se ha alejado. La crítica ha mostrado casi siempre entusiasmo por Pirandello novelista, poniéndolo entre los más grandes cultores de este género literario en la literatura mundial. Una vasta producción que en su variedad y complejidad bien puede definirse una verdadera comedia humana manifestada de manera un poco fragmentaria, despedazada: esto se entiende por el origen decadentista de su formación cultural y la esencia misma de su concepción de la vida, según la cual la realidad se desmenuza, se rompe, se descompone continuamente sin una ley fija y determinada por todos y por tanto sin una verdadera y propia unidad de estilos y de términos.

Las obras teatrales
Su actividad teatral significó para el teatro italiano un vuelco decisivo. Pirandello llega al teatro por una profunda convicción de orden moral; estaba convencido que a través de la representación escénica podía revelar mejor a los hombres las verdades a las cuales había alcanzado; por esto definió como "teatro del espejo" a toda su obra, porque en ella se represente la vida sin máscara, tal cual es en su sustancia y su verdad; espectador, actor y lector se ven allí como son, como quien se mira en un espejo.
El humor
Decíamos que Pirandello se burla del mundo, está convencido que la condición humana es pésima y que los hombres se engañan a sí mismos, asumiendo máscaras y posturas falsas, entonces se burla, los azota, los desarma mostrando el contraste entre lo que ellos son y lo que quieren aparentar. Todas las funciones humanas y todas las creaciones del sentimiento pueden ser objeto de humor. Quizá la característica del humor pirandelliano es la carcajada. Pirandello se ríe irónico de que los hombres presuman en querer creer que la vida es de una sola manera, de querer creer en determinadas ideas, tradiciones y leyes fijas. La carcajada se hace más cruel cuando tiende a desenmascarar preconceptos y apariencias.

En la obra Seis personajes en busca de autor el autor, retomando el antiguo artificio del "teatro en el teatro", da la más compleja y acertada representación de la condición humana junto a su manera de entender la relación entre el arte y la vida. 

Los personajes pirandellianos
Sus personajes son introvertidos, polémicos, filosofantes, puntillosos y obstinados, tipos indudablemente elegidos con exageración o llevados a la exageración: producto de la visión de la vida en Pirandello y la convicción de que el lector debe ser despertado de su "distracción" y su cerrado desinterés por aquello que no lo atañe directamente, para reflexionar, de manera que no se caiga en el mismo error de egoísmo e hipocresía y se vuelva mejor. Sus personajes parecen presos de una forma de reacción contra la imposibilidad de resolver los miles de problemas cotidianos propios a lo largo del tiempo; imposibilidad de superar los obstáculos que les pone la vida, una reacción más intima contra los propios límites. Son personajes con signos particulares que los distinguen, están marcados dentro y fuera del cuerpo por una amargura pronta a estallar.

El estilo
Pirandello fue el narrador más esencial y conceptual, el más esquivo a las manifestaciones exhibicionistas, todo pensado para representar la esencia de las cosas, lo "de adentro", aquello que no parece afuera. Su estilo es muy personal, orientado hacia una búsqueda precisa. Pirandello cuando escribe lo hace con la naturaleza y espontaneidad de un coloquio entre amigos.


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